miércoles, 16 de enero de 2008

DESAYUNANDO

Hoy desayuno café y tostadas. Ayer fueron magdalenas, y mañana, aún no lo sé. Pensándolo bien, no sé nada de lo que pasará mañana. Lo único que estoy seguro de saber son esas pequeñas cosas en las que nadie se fija, tan inútiles, tan como ceniza. Sé que hay jirones de sonrisa en el cielo (algunos expertos los llaman estrellas). Sé que cuando andamos por la acera, uno, dos, uno, dos, la tierra se estremece, sabe que algo va a ocurrir. Sé que las aves no emigran, sólo buscan a Dios, sé que los árboles se mecen en honor de su Creador, sé que a su son bailan las hojas otoñales. En cada crucifijo hay más vida que en toda la tierra. Pero en esas cosas no repara ninguno. En realidad, tampoco yo tengo tiempo. Apuraré mi café e iré a mis quehaceres, tan mundanos, tan sin latido ni poema. Saldré por la puerta, pero antes miraré hacia mi Pantócrator y diré: “Hasta luego, Señor. Mañana volveré a pensarte mientras esté desayunando.”

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"En cada crucifijo hay más vida que en toda la tierra". Lukas, esta es una frase que encierra mucho más significado del que podría expresar. Ciertamente en la Cruz se encuentra todo el auténtico misterio de la vida y está en nuestras posibilidades experimentarlo. ¿No pasa la vida por la Cruz? Un saludo.

Opusprima

Ciudadano de Sión dijo...

Ciertamente, es la frase que más me gusta del poema (aunque no debiera decirlo de mi propio poema). Y estoy de acuerdo.
Una anécdota: el otro día, un monje del que ma había hecho amigo me regaló un crucifijo que me colgué del llavero. Le dije: "Fíjate, es más grande tu cruz que mis llaves." Y él respondió: "Así recordarás que la cruz es la llave que te lleva al Cielo."

Anónimo dijo...

Entrañable anecdota, de esas que hacen pensar con todos los sentidos.

Anónimo dijo...

Un saludo Lukas. Ya puse el comentario no sé si te llegó el correo. El anterior comentario era mío.

Opusprima