sábado, 20 de diciembre de 2008

Vídeos de Navidad

Bueno, ésta es una entrada que desaparecerá cuando acabe Navidad, o sea, el día de Reyes aproximadamente. Son varios villancicos y canciones de Navidad, interpretadas de forma muy original. Son, en orden: "Joy to the world" interpretada en acústico por Michael Sweet, "Jingle Bells" en el estilo rockabilly de Brian Setzer, y una versión heavy de Stryper de "Walking in the winter wonderland". Disfrutadlos... mientras podáis, jeje.



jueves, 18 de diciembre de 2008

El tamborilero, por Michael Sweet

Me gustan poco o nada los villancicos, debo reconocerlo. Pero el tamborilero siempre me ha fascinado, porque me parece que es la actitud del cristiano. Todos queremos ofrecer algo digno a Dios, no podemos porque Él es demasiado grande, así que le ofrecemos lo mejor de nosotros, nuestro mejor talento, sabiendo que no es digno de Él, que Él merece más, pero sabiendo también que Él aceptará nuestra pobreza. He aquí una versión del tamborilero de Michael Sweet. Un pequeño regalo.



EL TAMBORILERO

El camino que lleva a Belén
baja hasta el valle que la nieve cubrió.
Los pastorcillos quieren ver a su Rey,
le traen regalos en su viejo zurrón
rom pom pom pom, rom pom pom pom.

Yo quisiera poner a tu pies
algún presente que te agrade Señor,
mas Tú ya sabes que soy pobre también,
y no poseo más que un viejo tambor,
rom pom pom pom, rom pom pom pom.
¡En tu honor frente al portal tocaré
con mi tambor!

El camino que lleva a Belén
voy marcando con mi viejo tambor,
nada hay mejor que yo pueda ofrecer,
su ronco acento es un canto de amor
rom pom pom pom, rom pom pom pom.

Cuando Dios me vio tocando ante Él me sonrió.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Manifiesto antinavideño (II)

(Click aquí para la primera parte)

-NO ES CURSILERÍA. He escrito la primera parte por si acaso, aunque creo que los cristianos mínimamente comprometidos no serán tan incoherentes como para vivir la Navidad de la forma ahí denunciada. No ocurre lo mismo con esta parte, porque muchos han convertido la Navidad en una fiesta rosa y cursi hasta la repugnancia. No es malo ni cantar villancicos ni besarle los pies a la figura del niño Jesús, pero creo que se puede tener la cabeza suficiente como para trascender esos gestos. En demasiados casos parece que la celebración navideña de la gente se apoya en eso hasta tal punto que eso es lo único importante. Y eso son sólo adornos prescindibles. No es necesario vivir la Natividad cantando que los peces beben en el río y la virgen hace la colada, sino recordando que "hoy os ha nacido un Salvador, que es el Cristo Señor, y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre" (cfr. Lc 2, 11-12). Por tanto, recordemos en primer lugar que esta Natividad para la que nos preparamos por espacio de cuatro semanas es una fiesta gloriosa y eminentemente contemplativa, no una fiesta folclórica y absurdamente infantil.


¿CÓMO VIVIR LA NAVIDAD? Ya lo he dejado escrito en las líneas que preceden, pero lo sistematizo: para vivir la Navidad, podemos dedicar nuestros ratitos diarios de oración a la contemplación del misterio de la humildad de Cristo, que nace pobre, que nace por nosotros. Asistencia a las misas de precepto (y si es posible más, nadie se ha muerto por ir a Misa aunque "no tocara"), pero también, en las sanas y hermosas reuniones que tendremos con aquéllos a los que más queremos, es bueno rezar todos juntos , si es posible (si todos son creyentes o aceptan rezar). Recomiendo especialmente que la noche de paso a Año Nuevo se rece algo, un Rosario por ejemplo, por reparar toda la oleada de pecados que tantos cometen en esa noche. Y luego, seamos portadores de una serena alegría, no una alegría exaltada y artificiosa, que demuestre a los nuestros que, lejos de ser éstas unas fiestas de artificio y consumo, o de cantos y adornos ridículos, es una fiesta importante para nuestra vida. Feliz Navidad a todos, y pasadlo muy bien.

Manifiesto antinavideño (I)

Evidentemente, no voy a ponerme en contra de la fiesta litúrgica de la Natividad del Señor. Pero os quisiera recordar, mis exiguos lectores, lo que NO es la Navidad, para acabar proponiendo una Navidad como Dios manda -y nunca mejor dicho-.

NO ES CONSUMISMO. Qué fácil es decirlo, y qué difícil recordarlo en la práctica. Recordemos los cristianos que debemos distanciarnos de la concepción navideña de los ateos (teóricos y prácticos), que celebran una fiesta que se podría llamar lo mismo "navidad" que "fiesta de Papá Noel y el invierno" o "celebración de comer mucho y regalar en exceso". Recordemos también que una celebración puede ser digna sin excesos presupuestarios y sin necesidad de caprichos inútiles. Nuestro Señor no reconocería el día de su nacimiento en esos fiestones consumistas que los cristianos, desgraciadamente, hacemos a imitación de los no creyentes. Y vergüenza da tener que recordarlo, pero ni en Nochebuena ni en la celebración de año nuevo ni ningún otro día es moralmente lícito emborracharse.
Navidad es celebrar que nuestro Señor ha venido al mundo. Y ni vino rodeado de lujos, ni le celebraron un banquete, ni los pastores lo celebraron con un "pedo". Esto no es una bronca ni yo soy el padre de ninguno de vosotros mis lectores, pero hagamos el favor de ser luz en el mundo. Por tanto, moderación, sencillez y sentido cristiano de las celebraciones. Recordemos que en todos los días señalados de Navidad, lo más importante es la Misa, y en segundo lugar el poder compartir la alegría de la fiesta con tus familiares y amigos. Y lo demás son añadidos, por caro que sea el turrón y el champán de Año Nuevo.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Tolerancia cero

No me gusta meterme en cosas políticas ni en polémicas, sin embargo creo que toca hacerlo. Lo primero que hay que decir es que yo también estoy muy preocupado por el auge de la violencia doméstica, eso que ahora se empeña la gente en llamar "violencia de género". Sin embargo, debo decir que no puedo estar más en desacuerdo con el mensaje que se transmite de "Frente al maltratador, tolerancia cero".

"Tolerancia cero" es la forma bonita de decir "no perdones". Eso es lo que se transmite hoy en día: frente al maltratador, no hay perdón posible. No fue eso lo que nos enseñó nuestro maestro, el gran JC: él fue maltratado y desde la cruz no gritó "¡tolerancia cero!", sino más bien lo contrario, perdonó a sus asesinos. A SUS ASESINOS, A LOS QUE LE ESTABAN MATANDO. Creo que una vez más, hemos de tomar ejemplo de Él. Habrá situaciones en las que no quedará más remedio que denunciar, y puede que haya muchas; pero no se puede generalizar y arrancar de la gente la idea de perdón. Estamos obligados los cristianos a recordar al mundo que una vida mucho más infernal que la vida de maltrato es la vida de aquél que no puede perdonar, y vive consumido por el rencor esperando a que se haga justicia con el que le hirió. Es muchísimo peor.

Además, yo creo firmemente que la forma de acabar con esas cosas es amando y perdonando. Y explicaré por qué: conocí a un hombre que le maltrataba su hijo. Hubo un momento en que la situación se hizo insostenible, el hijo estaba enfermo y no podía dejar de pegar a su propio padre. Todos los amigos de la familia recomendaron a ese hombre que ingresara a su hijo en un psiquiátrico (era menor y podía hacerse, si hubiera sido mayor le habrían animado a denunciarle). Y aquí viene lo extraordinario: el hombre se negó. Dijo que su hijo se curaría en casa, que lo que necesitaba era sentirse amado y perdonado. Fue muy duro, pero ahora han pasado varios años y en esa casa han cesado los maltratos completamente. El hijo aprendió el valor del perdón, se hizo cristiano y lo último que supe de él es que iba a hacerse religioso. Porque a eso es a lo que lleva amar y perdonar, a la redención. La tolerancia cero sólo generará dolor, dolor y dolor. Es una pena.