sábado, 26 de enero de 2008

¿Cómo ha de ser la conversación de un cristiano? (1ª parte)

Es la del título una pregunta que requiere discernimiento personal, está claro, y cuya respuesta no se debe generalizar. Pero una cosa es segura: el cristiano ha de hablar de Dios. Sobre su vivencia de Él, sobre sus misterios, sobre todo lo que se refiere a Él. Me dirán "¡no siempre hay que hablar de eso!". Estoy de acuerdo. Pero también he de decir que la gente que responde lo antes dicho suelen ser cristianos "descafeniados", sin gran conciencia de cristianismo. En el Evangelio de Mateo Jesucristo dice que "de lo que está lleno el corazón habla la boca". Y, curiosamente, es cierto que aquellos que son cristianos enamorados de Dios se sienten a gusto cuando Él sale en la charla, mientras que los que no están comprometidos porque, en realidad, no están enamorados de nuestro gran JC, se sienten incómodos hablando sobre Él, y prefieren los temas mundanos a otros que ellos llaman "demasiado profundos". Y si prefieren hablar de ropa, música o chicos es porque "de lo que está lleno el corazón...", y no por otra cosa.

Cierto es que también debemos hablar de otras cosas, más que nada porque si nuestra conversación fuese a todas horas sobre cosas profundas seríamos repelentes y no acercaríamos a la Iglesia a la gente sino que la alejaríamos. Pero primero Dios. Hablemos sobre ropa, música o chicos, pero... primero Dios. Y si la ropa o la música han de esperar porque sale el tema de que tal día me ocurrió una cosa orando, que esperen. Ésa ha de ser la prioridad de un cristiano.

Alguien me dirá: "no es la cantidad de conversaciones sobre Dios lo que nos hace ser fieles suyos, sino los actos de fidelidad a Dios". Por supuesto. Si alguien habla mucho de Dios y no vive según Él, es un hipócrita. Pero contestadme: ¿cuántos cristianos conocéis que prefieran no hablar de temas relacionados con su Fe y vivan una vida coherente y santa? Yo a ninguno.Y no creo que eso exista. No es la conversación acerca de Dios una práctica santificante, pero desde luego la cantidad de conversación de Dios permite saber lo enamorado que está uno de él. Pues señálenme a un enamorado que no quiera hablar de su chica.

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