sábado, 17 de mayo de 2008

Creo en el Infierno (2ª parte)

Otro de los motivos por los que creo en el Infierno es por la Justicia de Dios. No nos gusta hablar hoy en día de eso, suena anticuado, pero esta justicia debe ser considerada. Benedicto XVI dice en Spe salvi que un Dios que no fuese justo sería imperfecto, pues no podría responder a nuestro dilema sobre la auténtica justicia. Yo tengo en mí una idea de justicia que veo que el mundo no cumple, pues veo un mundo injusto... ¿qué es la justicia? Si es algo que no veo en el mundo, tiene que haberla puesto Dios en mí, ¿no? Un Dios sin Infierno, que da la misma recompensa a los que le piden perdón que a los que no lo hacen, no podría respondernos acerca de la justicia. Sería imperfecto. No sería Dios, por tanto.

Pero Dios sí es justo. Por eso, ante el pecado de Adán, su respuesta fue enviar al mundo a su hijo. Podría haberle dicho a Adán: "Vaaaa, te perdono, pero no lo vuelvas a hacer." Pero no, la humanidad estaba condenada a muerte por el pecado, y Dios cumplió esa condena. Pero también fue misericordioso: por su justicia, no pudo apartar la condena, por su misericordia, la cargó sobre sí, murió Él. Y ahora viene el asunto: Dios en su justicia NO PUEDE perdonar a aquéllos que han recibido la Buena Nueva de que Jesús les salva del pecado si ellos no le siguen. Dios envió el perdón, pero todo aquél que sepa que lo ha enviado y SE NIEGA a aceptarlo está alejándose de Dios voluntariamente. Por su misericordia Dios puede perdonar a aquéllos que no recibieron bien el mensaje de Cristo, o los que son de otras religiones, pero a aquéllos que lo recibieron BIEN y lo rechazaron VOLUNTARIAMENTE no puede haber más misericordia de la que ya ha habido: ya se les ofreció el perdón. Y ellos lo rechazaron.

Como podéis ver, Dios es muy bueno. Pero nos ha dado libertad, y ejerce su potestad con justicia. Esto sólo le hace más perfecto. Es necesario un Infierno para que cuaje esta libertad y esta justicia.

6 comentarios:

Ciudadano de Sión dijo...

Insisto en que no estoy explicando un por qué del Infierno, senso stricto, sino sólo dando unas deducciones lógicas de por qué creo en este "lugar" a la vez que creo en un Dios amoroso como no puede haber otro.
Estoy seguro de que hablar del Infierno da para más, habría que mencionar la caída de Satán y su lugar en todo esto (y muchísimas otras cosas, supongo). Si no lo he hecho es por dos motivos: el primero, porque ya he dicho que no pretendo "explicar" el Infierno, sino sólo dar algunos argumentos que hacen razonable creer en él. Segundo, porque como ya indiqué en el artículo "Tres verdades del diablo", no pienso volver a hablar de ese personaje que conocemos como Lucifer, Satanás, etc. No quiero que se sienta importante.

San Blog dijo...

Lukas

Gracias por pasar a visitarme y quiero decirte que aunque eres muy joven tienen una gran profundidad para tus reflexiones. Me hace mucho bien leerte.

Que el Señor te siga bendiciendo y oraré para que algún día vengas a tierra santa.

Elinge dijo...

Hola Lukas:

Me gusta mucho tu blog,

Es muy interesante, me gusta leer que luchas con el Rosario en la mano.

¡Viva nuestra Madre Siempre Virgen Santa María de Guadalupe!

Ciudadano de Sión dijo...

Hola, Elinge. Gracias por comentar, y me alegro de que ésto te guste. Espero que no cambie esa primera impresión.

Y que sepas que lucho con el rosario en la mano porque creo que no hay otra forma de luchar.

Dios te bendiga, y viva la Mare de Déu dels Desamparats y señora de Guadalupe.

Anónimo dijo...

Wenas!!
Me ha encantado leer esto y se lo he recomendado a una amiga con la que hace poco tuve una conversación sobre el infierno.
Ella dice que el infierno existe, pero solo en la Tierra. Cuando morimos todos vamos al cielo xq Dios nos ama demasiado como para hacernos esto y xq las personas "malas" ya ha visto el infierno mientras vivian.

A ver si se pasa x aki y lee lo q has puesto; q es lo mismo que le decia yo pero mucho mejor explicado x ti, jajaja.

Besos

**Verónica**

Ciudadano de Sión dijo...

Gracias, Vero, por comentar y por recomendar mi blog a tu amiga. Esa teoría del infierno en la Tierra se muestra incoherente: la decisión de no relacionarme con Dios es una decisión libre que nace de mi voluntad como persona, de mi ser. Sería absurdo que en el momento en que muero, el final fuese estar con Dios... en ese caso, como digo en el artículo, mi "non serviam" a Dios habría sido falso, no conclusivo. YO DECIDO NO ESTAR CON DIOS Y LO DRAMÁTICO DEL ASUNTO ES QUE SI NO ME ENMIENDO DIOS ME RESPETA Y ME DA EXACTAMENTE LO QUE LE PIDO: UNA EXISTENCIA SIN ÉL.

La gente sufre al hacer el mal porque no está haciendo lo que Dios quiere, que es el sentido de la vida, aquéllo para lo que fue creado el hombre. Un señor que huye de Dios efectivamente sufre, pero ¿puede Dios realmente darle el descanso eterno, cuando este hombre ha decidido huir de Él, el Único que puede dárselo? Esa actitud se podría formular en esta absurda frase: "Dios tiene que darme el descanso eterno, ya que me lo merezco, puesto que he sufrido mucho haciendo en mi vida todo lo que Él no quería que hiciese, y que me advirtió convenientemente no hacer sabiendo que me iba a causar sufrimiento". No es el grado de sufrimiento en vida lo que nos lleva al Cielo, sino el cumplir la voluntad de Dios. Por supuesto, hablo en el caso de que este hombre haya rechazado a Jesús voluntariamente y sabiendo a quién rechazaba.