sábado, 17 de mayo de 2008

Creo en el Infierno (1ª parte)

[AQUÍ APARECEN ESPECULACIONES. SI ALGO DE LO QUE DIGO OFENDE, PERDÓN. SI ALGO DE LO QUE DIGO ES HETERODOXO, ME RETRACTO.]

Pues sí, frente a las teologías aguadas de algunos colegios y universidades cristianas, que enseñan que "Dios es Amor, y un Dios de Amor no podría crear un lugar tan malo", yo creo en el Infierno. ¿Por qué? Porque, aunque no pueda fijar el dogma del Infierno de forma conclusiva, hay varias cosas que me lo indican. La primera, la Escritura habla de él y el Magisterio Católico, único intérprete competente del Texto Sagrado, lo ratifica.

Pero pienso que puedo decir algo propio, digamos. Yo creo en un Dios amoroso hasta la locura, hasta el desconcierto de mi inteligencia. Y este Dios me regaló la libertad como regalo cojonudo, inmenso. No es un regalo "virtual", una especie de broma, qué va: Dios nos ha dado la oportunidad de elegir NO HACER aquéllo para lo que fuimos creados, que fue para servirle gozosamente. La elección es real: una persona puede pasarse toda la vida no haciendo lo que Dios quiere. Entonces, si su decisión ha sido no vivir para Dios, ¿cómo va a irse junto a Él tras su muerte? Si esto fuese así, la elección en vida de esta persona no habría sido real, porque no iba a cambiar NADA: el resultado es el Cielo. Si elijo amarle, me voy al Cielo, si no, ¡también! Eso es una libertad falsa, una especie de ilusión que Dios nos ha dado. Y eso sería malvado por su parte.

Tengo un amigo que para explicar el Infierno sólo hace una pregunta: "¿Tú podrías retener a tu lado a alguien que no te quiere?" Éste es el sentido de nuestra libertad. Dios "se arriesga" a perdernos al otorgárnosla, y esto demuestra que nos ama, quiere que estemos a su lado libremente. El Amor de Dios es perfecto, pero para darse en plenitud precisa de algo nuestro, a saber, una respuesta afirmativa. Si no se la damos, Dios se ve impotente para hacernos entrar en el Cielo, como el novio enamoradísimo se ve impotente para retener a su chica si ésta decide cortar.

No hay comentarios: