jueves, 22 de mayo de 2008

La experiencia de Dios

Bien sé yo que la Fe puede (y debe) ser razonada... sin embargo, esta entrada la hago para hablar de un fenómeno que no tiene respuesta en ninguna razón, y es la experiencia de Dios, también llamada por algunos el encuentro personal con Dios.

Lo lamento, pero no puedo definir lo que es. Sé que todo cristiano lo experimenta, el que no lo haya hecho lo hará, pero la única manera de hablar de ello es contando cómo me ocurrió. En mitad de una Misa neocatecumenal, mientras repartían la Sangre de Cristo, de pronto vino sobre mí una conciencia de ser amado por Dios. Era más que un sentimiento, era como una hiperrealidad, una vivencia que reducía a pavesas cualquier experiencia que en mi vida de niño -tenía 11 años- hubiera podido sentir. Era darme cuenta de que Dios me miraba, ¡y con qué ternura lo hacía! Recuerdo que lloré, experimentando ese Amor, y en mitad de la Misa no podía serenarme. Mi padre me llevó aparte y me preguntó qué pasaba, preocupado por mí. Supongo que pensaría que me encontraba mal, y como médico me intentaba ayudar. Pero mi respuesta sólo fue "Esque Dios me quiere tanto...". Eso era lo que sentía y estaba asimilando: un Amor mayor que el cual no había otro.

Después de eso he hecho muchas barbaridades, pero siempre he vuelto a la casa de mi Padre. Porque lo que Él imprimió en mi corazón era demasiado grande como para dejarme tranquilo entre las tonterías que el mundo ofrece. Aún hoy, a veces las argumentaciones intelectualoides anti-Dios me hacen dudar, pero en cuanto el recuerdo de aquella Misa viene a mí, me río. ¿Cómo va a ser Dios mentira? ¡Si es lo más real que me ha pasado jamás! Y lo mejor es reponderles a esos ateíllos del tres al cuarto con argumentos sobados con esta pregunta: "Y si todo eso es así, ¿como explicas, finalmente, esto que me pasó?" La respuesta menos ridícula que he oído era una que me acusaba de tener alucinaciones. Así que cuando oigo esas cosas me río, le rezo una jaculatoria a Dios, ¡y a seguir enamorado!

1 comentario:

Elinge dijo...

Hola Lukas;

La Entrada de Dios en nuestra vida, el encuentro personal con Él es la realidad misma.Tenía el Alma en 'carne viva' con sus ojos puestos en mi, que se me pegue la lengua al paladar si me olvido de Ti. A partir del Encuentro, se Es de Verdad. Dios siempre se adelanta,te hará desear algo, y te lo dará, tiene su momento, Es como Es, hay que dejarle hacer...

Caer tras este encuentro nos parece mucho más gordo que todas las anteriores caídas juntas, bueno,es un misterio el pecado, así adquirimos bien esa repulsa vera al pecado,y desear antes morir que pecar.
A mi me viene siempre San Pedro, 'yo no te dejaré...', bueno, el Amor propio es mal condimento que añadimos en tantas cosas... habrá que aniquilarlo, Él no desea que pequemos y nos da medios para no caer, pero pienso, que, conociéndonos, sabiendo que caeremos de nuevo, Él nos ha escogido, nos enseña, soporta recibir esas bofetadas de nuestras manos, para mostrarnos mejor nuestra miseria, Él nos quiere completicos, TODO, se adelantó entregandose Todo hasta el Extremo, no intercambia medios cromos,un Cromote por un cromito, bueno, que volvemos por la madera del confesionario, conociendo nuestra miseria, alabando el Amor del Señor por su cacharrico de barro, Él está en el confesor obrando en tu corazón, para el abandono es necesario que te muestre como eres en realidad, sin el velo del amor propio y vanidad, ¿Me amas más que estos?, ¿Me amas?, ¿Me amas?, ahora sí que lloras de verdad tus pecados, ahora sí que eres amigo de Dios.
No es una patente Luterana: Cree fuerte y peca fuerte, no.
Hay que batallar y sobre todo para no caer en los mortales.Sin duda el enemigo te tiene más miedo y dará más batalla. [Sta Teresa, Camino de Perfección].Así, sin ruidos ensordecedores, aparecen polvillos y telarañas de faltas y apegos de lastres que ir soltando, y alcanzarla perfección, Él,pues no va a ser tu perfección gusanito, es Él tu perfección, Jesús Eucaristía, irá ensanchando las paredes y tirando tapias del corazón para hallarse Él, celosamente, sólo Él, tu Amor.[y las criaturas y los demás en Él]
Será Cristo quien viva en mi,Tú Señor, me darás valor para tomar la cruz, seguirte, ¿seguirte?naturalmente para ser Crucificado, Pedro de nuevo, ¿y este?, ... a ti qué,¡Tú sigueme!.

Con Jesús al lado, me debo radicalizar sin miedo.Amar como Él nos ama. Amar así. Sólo amparado bajo el Manto de nuestra Madre guardo el Camino.

Si has tenido paciencia de leer este 'Macabeo', no es preciso publicarlo.
A todo don de Dios, hay que responder,ya no sólo por que daré cuenta de él, sino por amor, y si puede ser, sin que Tú te enteres que es pir Ti Señor.