lunes, 2 de junio de 2008

Oración amarga

Señor, hoy no puedo hablar, hoy no puedo pensar. Hoy no me apetece hacer nada, y sólo quiero que pase este día para ver si mañana me levanto mejor. El aire que respiro huele a derrota. A las nueve de la mañana, derrotado. No haré nada de lo que tengo que hacer, no cumpliré con mis obligaciones y sólo saldré a pasear si llueve. Hoy preferiría no haberme despertado.

¿Por qué, Señor? ¿Por qué soy así? ¿Puedes decirme qué me lleva a comportarme de esta forma? Me dijeron que tú me quieres como soy, pero, ¿cómo vas a querer las partes de mi carácter que me alejan de ti? No pido que me salves, ni siquiera eso me apetece. No pido que me respondas a por qué hay gente que sufre en el mundo, como tantas personas te piden. Sólo dime por qué hay días que me levanto hecho una mierda. Sólo dime por qué, cuando esto me pasa, no hay nadie que me saque de casa o me levante del sillón. ¿Si nada escapa de ti, como es que yo lo intento? ¿Por qué permites que se me pase por la cabeza? No lo entiendo...

9 comentarios:

Ciudadano de Sión dijo...

Esto es una mezcla entre sentimientos reales y un texto lírico. Lo publico por su carga lírica. Esto quiere decir que no quiero que nadie me compadezca. Es sólo pura escritura, sentimental a veces, pero sin intención de enseñar ni aprender nada. Como todo lo que aparece etiqueda como "Texto", por otro lado.

Lukas Romero

Ciudadano de Sión dijo...

"Etiqueda como `Texto´" se lee "ETIQUETADO como `Texto´"

Analía dijo...

Lukas, está buena la aclaración.
Lo leí por segunda vez (pasado el impacto) y lo leí más libre de sentimientos de pena por vos.
En algún punto me hizo recordar algún momento en donde me he sentido así, de noches que parecen no tener fin, de amaneceres en donde faltan fuerzas para levantarse.
Y ahora, mirar para atrás y recordar aquello, viene en el mismo paquete que RECORDAR y sentir muy vívidamente, cuanta Presencia del Señor ha habido en esos momentos. Tenía que atravesar noches y fragilidades, sinsentidos y cegueras para intuír la grandeza de la presencia amorosa y fiel del Señor en mi vida y mi historia.
Así, los "malos recuerdos" se han vuelto la memoria más fuerte de mi pequeña historia de salvación...
Comparto nomás...

Un abrazo!
Que tengas días felices!

Anónimo dijo...

Lukas, no hay mal que por bien no venga... ¡y más para el Señor! Él escribe derecho con renglones torcidos.

Un abrazo,

Rafa M.

Anónimo dijo...

Buenas Lukas. El fin justifica tu plasticidad visual impactante. Saludos cordiales.

Spektro

Ciudadano de Sión dijo...

Gracias Rafa, Spektro y Analía por comentar.

Analía, muy especialmente gracias por compartir.

Rafa, ya lo sé. Ten en cuenta que con esto intento transmitir la situación de una persona desesperada que no deja por ello de rezar.

Spektro, me alegro muchísimo de leerte por aquí. Espero que te sigas pasando, y que lo que pobremente escribo te pueda servir para algo. Y aunque no lo hagas, gracias por venir, de verdad.

Anónimo dijo...

Por favor Lukas, si soy invitado yo vengo. Debo agradecer a Opusprima y a tí el esfuerzo blogero que haceis. Y siempre resulta sugerente el resultado de vuestro trabajo. No te quepa duda.

Un abrazo amigo, intentaré cumplir con la norma ortodoxa de respetar las costumbres y creencias de todo el mundo (aunque a veces no me salga del todo bien, soy un pecador sin remedio ni disculpa), y me liitaré a defender todo aquello que no entre en demasiada contradicción con el catolicismo romano. A ver si aprendo a respetar al anfitriónde una vez...

Un abrazo, Lukas, cuenta con mis comentarios y mi seguimiento de tus posts.

Spektro

Anónimo dijo...

En el fondo, pienso que cada vez que sufrimos en esta vida sirve para entender que este mundo no es nuestro lugar de destino definitivo.

Del dolor se aprende... sobre todo se aprende compasión. Al sentirlo, haces un movimento empático respecto del dolor de otros, y les comprendes... y te compadeces. Un niño pequeñito hace daño a un adulto porque no sabe qué es el dolor, a medida que lo va sientiendo a lo largo de la vida, aprende compasión por los que sufren dolor.

Esta vida es un aprendizaje, y en el destino definitivo no hay dolor, pero aquí estamos aprendiendo.

Que Dios te guarde un grandísmo lugar en el cielo Lukas. A tí y a los tuyos. Saludos.

Spektro.

Ciudadano de Sión dijo...

Muchas gracias por la aportación, Spektro.