jueves, 12 de junio de 2008

El Cordero y la historia

En el 6º párrafo del punto 3 de la Carta del Santo Padre a los católicos de China, el Papa hace una bonita interpretación del pasaje del Apocalipsis en el que el Cordero Degollado es el único que puede abrir el Libro. Aunque, por supuesto, este pasaje también significa que sólo el Cordero es el intérprete digno de las Sagradas Escrituras (pues Él les ha dado "pleno cumplimiento"), ésta otra figuración es hermosa, y quiero comentárosla.

El Libro es el Libro de la Historia del mundo, y de la historia personal de cada uno. Y sólo Jesucristo puede abrirlo. O sea, tanto los acontecimientos del mundo como los que acontecen en cada vida tienen significado, pero tan sólo Cristo lo ve, sólo Él interpreta la historia. Él, y sólo Él, rige la Creación y sabe por qué sucede cada cosa, pues a Él le ha sido dado "todo poder en el Cielo y en la tierra". Los famosos argumentos emocionales contra Dios del tipo de "¡Por qué ese Dios que me ama me hace pasar por tal cosa!", son un absurdo. Todo pasa por Dios, y Él decide qué pruebas hemos de pasar, pero rebelarnos no hará otra cosa que sumirnos en la amargura: Dios quiere darnos RESPUESTA a estos acontecimientos, quiere enseñarnos cosas a través de ellos. ¿Y cuál es la lección? Que Dios es lo único que nos puede salvar. Pero por los matices de ésto en cada persona, nadie debe erigirse en intérprete de la historia personal del otro ni, por supuesto, de la historia mundial: el Apocalipsis es claro en ello; sólo el Cordero puede abrir los sellos del Libro. Los guías espirituales pueden únicamente aconsejar sobre las historias particulares de los que guían y enseñarles a abandonarse a Dios, pues sólo el abandono en Dios nos hará confiar en que cada acontecimiento personal o global nos ayudará para bien.

Algunos dicen que ésto es conformismo: el "si sale bien, Dios me ha ayudado, si sale mal, Dios me enseña algo" les parece una actitud de quien se aferra a Dios desesperadamente, cosa que conideran patética, oscurantista, necia, irracional, etc. Varias cosas: primero, dado que no hay otro apoyo firme en la tierra, todos debemos aferrarnos a Dios de esta forma, la opción es vacío. Segundo, incluso los ateos reconocen que algunos acontecimientos sólo se interpretan mirando hacia atrás cuando ya han pasado, así que no es tan absurdo confiar en Dios para la comprensión de la historia. No necesitamos esperar el final para ver qué había de enseñarnos tal o cual experiencia, pues Dios ya lo sabe y nos basta.

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