viernes, 13 de junio de 2008

Oración de un discípulo que busca la humildad

Señor, que nadie me mire,
que nadie me escuche,
que nadie hable de mí.

Permíteme reflejar de tal forma tu esplendor
que la gente te vea a ti en mí,
oigan en mis palabras las tuyas,
y que sea sólo de ti de quien hable.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos.

Me gustá la segunda parte de la oración. De la primera parte no estoy nada de acuerdo. Que no te tengan en cuenta ni te hagan caso no te convierte en humilde. Eres humilde si no conviertes en tuyas las palabras de Dios. creo. De todos modos me encanta la segunda parte de la oración. Sólo esta parte ya es una gran oración en sí misma.

Saludos Lukas.

Ciudadano de Sión dijo...

Opusprima, la primera parte de la oración sólo se entiende si se me conoce personalmente a un cierto nivel: yo soy una persona que tiende a llamar la atención, que no se siente bien si no es el centro de todo. Pedirle a Dios, en mis circunstancias, que nadie me vea, escuche ni haga caso es, pues, pedirle lo que más me humilla: pasar desapercibido. Buscar la humildad es en mi caso eso: buscar NO HABLAR, NO SER EL QUE ENSEÑA, EL QUE IMPORTA, EL "REY DEL MAMBO".

Gracias por comentar.

Lukas Romero

Anónimo dijo...

Pocos se atreverían a reconocer lo que valientmente acabas de admitir, Lukas. Estoy de acuerdo con la primera parte y con la segunda, porque mi caso es similar. Un abrazo, qué belleza.

Anónimo dijo...

Sí, desde esa particularidad cobra sentido cuanto dices. Y cuanto relatas le pasa a casi todo el mundo en mayor o menor medida. Disculpa, yo lo interpreté como una oración en general y puesto que Dios quiere que seamos sal y luz para el mundo dije y sigo manteniendo que no podemos pasar desapercibidos.

Un saludo!!

Anónimo dijo...

Los ortodoxos diríamos que Lukas, mediante esa oración, lo que intenta es simplemente purificar sus pathos (pasiones) y es un signo de voluntad de sanar, que merece su premio celeste y el elogio de la belleza de ese humilde mensaje. Es básico en la vida de un cristiano comenzar por ahí, aunque a veces cueste, aunque duela en el orgullo... la búsqueda de la humildad, es bella en sí misma.

Es nuestro deber como cristianos decir al unísono con Lukas esas bellas palabras, de principio a fin. Cuando Lukas acierta, acierta con gran autoridad espiritual.

pd: Perdona la curiosidad, Lukas, ¿fuiste luterano y después católico romano, o he entendido mal esa historia?

Ciudadano de Sión dijo...

Gracias a mabos por comentar, Opusprima y Spektro.

Spektro, te respondo: yo siempre he sido católico, pero mi madre fue luterana antes de convertirse a la Fe católica. Ella, de la experiencia espiritual que vivió siendo aún protestante (se convirtió a Jesús con los evangélicos), aprendió que aunque tengan errores graves, son gente que busca amar a Dios. Por eso a mí y a mis hermanos siempre nos enseñó a respetar las tradiciones cristianas no-católicas, aunque fuesen tan desatinadas como las salidas de la Reforma.

Por cierto, te agradecería que no volvieses a decir lo de la "gran autoridad espiritual". Esta oración me la inspiró Dios, no es broma, no viene de mi autoridad sino de unas palabras sencillas que Dios me puso en los labios.

Saludos. Dios Os Bendiga.

Lukas Romero

Anónimo dijo...

Cierto Lukas, cuando se dice gran autoridad espiritual, se sobreentiende que debe a la G de Dios, evidentemente. Él te la concede, para que hables con autoridad espiritual. Bellas frases las que dijiste, incontestables. Profundamente bizantinas, diría yo...

Ciudadano de Sión dijo...

Profundamente cristianas sería más correcto...

icue dijo...

Al leerte, me viene a la memoria aquello de "no vivo en mi, es Cristo quien vive en mi"
Saludos

Ciudadano de Sión dijo...

Bunas, Icue. Gracias por comentar, y por aportar referencias bíblicas.

Lukas Romero