lunes, 9 de junio de 2008

Cáritas (caridad, amor)

Según san Pablo, la Caridad es la mayor de las tres virtudes teologales, y la considera además como el mejor camino de llegar a Dios (justo antes del Himno a la caridad, dice: "¡Aspirad a los carismas superiores! Pero aún os voy a mostrar un camino más excelente (...)", y da comienzo al himno). La considera la virtud superior en primer lugar porque es la única que perdura en el Cielo, pues cuando veamos a Dios no necesitaremos Fe ni Esperanza, pues ya le habremos conocido, pero desde luego sí Caridad, pues el Cielo se gobierna en el Amor.

Pero la Caridad es además la mayor de las virtudes porque, del mismo modo que la Fe es estéril sin Esperanza, ambas son una idiotez si su vivencia no nos lleva a imitar a Cristo y a seguir sus consejos. Santiago nos retará a mostrar nuestra Fe sin obras, diciéndonos que él nos va a enseñar por sus obras su Fe. Es evidentísimo: si encontramos a Dios, y Él nos envía su Espíritu, también nos colmará de su Amor ("El Amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo(...)"). Y desde ese momento, la vivencia de Dios necesitará de obras que muestren y acrecienten la presencia de Dios en nosotros. Creer y esperar en Dios sin ayudar a prender el mundo del fuego de Cristo y socorrer a los necesitados es una hipocresía. Todo el cristianismo se mueve por la caridad: ella impulsó a Madre Teresa a servir a los pobres, por ella san Francisco Javier viajó por el mundo y en ella se mueve el Espíritu de la Iglesia desde los tiempos primitivos, en los que los paganos exclamaban admirados ante el ejemplo de los cristianos: "¡Mirad cómo se aman!".

Caridad, caridad y caridad. Pidámosla a Dios, pues sin ella nuestra Fe y nuestra Esperanza se quedan inmóviles y carentes de sentido. Además, por ella seremos juzgados. Recordemos a Cristo diciendo que "lo que hicisteis a uno de estos pequeños, a mí me lo hicisteis".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente escrito sobre la caridad, si señor.

Ciudadano de Sión dijo...

Vaya, gracias... hago lo que puedo.

Anónimo dijo...

Vaya, yo uso la palabra griega charis como sinónimo de Gracia.

La Gracia es Amor, evidentemente, pero también expresa un componente "sobrenatural" (por decirlo de mala manera) que creo que la variante latina Cáritas no deja demasiado claro.

Pero como no entiendo demasiado de catolicismo romano, espero atento tu respuesta, por si no fuera la concepción romana tal como he creído. Saludos cordiales.

Ciudadano de Sión dijo...

Spektro, el problema es que hay gente hoy en día que se dice "caritativa" cuando se refiere a que es compasiva o solidaria. La "cáritas" es el Amor de Dios, pues Juan dice, en la traducción al latín de su primera epístola, que "Deus cáritas est", esto es, Dios es Amor. La caridad es la virtud teologal del que, tras haber recibido el Amor de Dios, por ese Amor se decide a ponerse al servicio de los demás, reflejando dicho Amor en el mundo. Una persona caritativa no es la que solamente ayuda a los demás en sus necesidades físicas (alimentar enfermos), psicológicas (consolar a los tristes) o espirituales (evangelizar a los que aún no conocen a Dios), sino es primordialmente la que hace todo esto porque el Amor de Dios, que ha recibido, la impulsa a hacerlo. Así pues, la caridad es saber reconocer en los demás a Cristo pidiéndonos ayuda.

Por lo tanto, Roma tiene muy claro que, por mucho que la caridad se ejecuta a partir de una respuesta personal, es una virtud teologal, es decir, se adquiere exclusivamente por vías sobrenaturales. Amos, que viene de Dios y es sobrenatural.

Roma habla de la Gracia, y la Gracia de Dios también es Amor suyo, pero es un concepto distinto al de caridad.