Como os dije
en un primer artículo de humor eclesial, el humor demuestra o puede demostrar la firmeza de las creencias, siempre y cuando no caiga en la inmisericordia o en la falta de respeto.
He decidido hacer una segunda parte de "Humor eclesial", contándoos una serie de anécdotas sobre errores en la liturgia (todas menos una son de errores en la lectura). No son chistes, pero son muy simpáticas. Por cierto, todas ellas son verídicas. O las he presenciado yo, o me las ha contado alguien que las presenció, o bien me las ha contado alguien a quien se lo contó alguien que las presenció. No hay más eslabones.
-De Juan Antonio Reig, actual obispo de Cartagena, me contaron que una vez hizo una exposición solemne del Santísimo. Supongo que habrá hecho muchas, pero no como ésta que os refiero, porque tras echar el incienso y haber cantado el "Pange lingua", o sea, tras diez o quince minutos de exposición solemne, se dieron cuenta que ¡la Custodia estaba vacía! ¡Estaban adorando a un Santísimo que no estaba!
-Un monje me contó que en un desayuno comentaron que mucha gente suele equivocarse en cierto salmo de la Liturgia de las Horas, y en lugar de leer "tu mujer como parra fecunda", leían "tu mujer como PERRA fecunda". Lo curioso fue que ese día tocó leer ese salmo, y el monje que lo leyó estaba tan sugestionado de decir "parra"... que acabó leyendo "perra" él también.
-Yo mismo presencié cómo el hermano ecónomo de los Guadalupanos, rezando la Liturgia, en vez de leer "Líbranos, señor, de las afrentas (...)", leyó "Líbranos, Señor de las OFERTAS". Hubo mucho cachondeo por ser él el administrador del dinero de la comunidad.
-Mi madre aún se ríe cuando cuenta que, en una Misa, salió a leer una mujer italiana que llevaba muy poco tiempo en España. Por algún motivo, se equivocó y en lugar de leer "Seréis mis testigos en Judea, Samaria (...)", leyó "Seréis mis TESTÍCULOS en Judea, Samaria y hasta el fin del mundo". Al terminar, dijo "Palabra de Dios", y el cura que presidía le replicó, escandalizado: "¡Eso sí que no!"
-Otro monje me dijo que asistió a una Misa en la que salió a leer una monja que no leía muy bien que digamos. Le tocó leer lo de "Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe", y la monja leyó el "si" condicional como un "sí" afirmativo, poniéndole mucho énfasis. La sorprendida asamblea tuvo que escuchar de sus labios: "Sí, Cristo no ha resucitado; vana es nuestra Fe".