miércoles, 26 de noviembre de 2008

Las tres características de la Fe (I)

Escribí tiempo ha un artículo denominado "Spes" y otro que se llamaba "Cáritas", y desde entonces no he parado de pensar que sería oportuno hacer uno sobre la Fe. Sin embargo, la Fe es un asunto peligroso, en mi opinión: hay tanto escrito sobre ella, y tan bueno, que uno tiene que cuidarse de no hacer el ridículo si quiere hablar de ella.
Pero últimamente, el cauce de mis reflexiones de cuando ando por la calle me ha llevado a considerar tres características de la Fe, necesarias para que sea una Fe bien vivida y equilibrada.
No sabré explicarlas bien, pero os las voy a mostrar:

-LA FE INTELECTUAL: conditio sine qua non de la Fe es que ésta no sea lo que habitualmente se conoce como la "fe del carbonero". El cristiano debe procurar estar formado respecto a sus creencias, y esto por dos motivos: el primero, es porque uno no está siendo honrado ni sincero consigo mismo cuando no sabe por qué cree, cuando no tiene ni idea de por qué su postura sobre Dios es ésta y no la contraria u otra. El cristiano cree en Dios POSITIVAMENTE, cree porque cree, y no porque nunca se haya planteado otra cosa. El segundo motivo es de cara al exterior: obligados por la Escritura a evangelizar, no podemos hacerlo si no podemos responder a las preguntas que suscite la proclamación del Evangelio. Es a ésto a lo que san Pedro se refiere cuando dice que tenemos que estar prestos a dar razones de nuestra Fe. Y ésto, hoy en día, precisa de una formación intelectual esforzada, que ponga la Fe religiosa a la altura del lenguaje filosófico que usan ateos y agnósticos. Es necesario que sepamos por qué creemos, en definitiva, para ser buenos cristianos, que vivan su Fe y la proclamen a los demás, sabiendo por qué hacen las cosas. Un buen ejemplo en este campo es la formación que se puede conseguir en el Opus Dei, aunque no es el único sitio.

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