viernes, 15 de agosto de 2008

Oración a María

¡Que me bese con sus labios maternales! Oh, madre, rodéame con tu ternura, engaláname con tus virtudes, cíñeme con tu castidad inmaculada y perfecta. Tú que eres la Reina del Cielo, enséñame la humildad que te valió ese puesto. Tú que eres la más hermosa, enséñame la pequeñez por la que recibiste esa recompensa. Ayúdame a crecer en virtud y amor y a permanecer en la sombra, como hiciste tú. Que mi vida sea un fiel reflejo de la tuya, para que merezca un día contemplar al Dios que amo y tú llevaste en tu vientre. Y, cuando muera, llévame en brazos hasta el trono del Cielo, ofréceme tú a tu Hijo tan amado por mí, para que mi miseria y mi debilidad no sean rechazadas. Hasta entonces, acéptame como tu siervo y esclavo: el esclavo de la Esclava, el siervo de la Sierva. Ruega por mí, preciosa María, para que jamás desfallezca. Amén.

1 comentario:

Elinge dijo...

Hola Lukas:

Una Oración preciosa al encuentro de Jesús por con en Madre.

Feliz Peregrinación.