jueves, 8 de enero de 2009

Calidad contra oración, mundo contra Dios

Una idea extraña me ronda la cabeza últimamente: la idea de que no puedo seguir robándole a Dios la autoría de mis (sus) obras.

Me explico: estoy viendo que las cosas se deben hacer contando con Dios desde el principio y veo que yo no lo hago así, que yo lo que hago es esforzarme en, por ejemplo, redactar unas entradas de blog suficientemente buenas y esperar que Dios "inserte" su Espíritu en ellas para lograr transmitirle a Él. Y está mal, lo correcto sería que ésto se iniciara siempre con una profunda contemplación de mi Amado, y los textos saldrían de las palabras que me susurrase al corazón. Me doy cuenta de hasta qué punto es errónea la calidad, ya sea en textos, pensamientos, filosofía, música, o lo que sea, si ésta no nace del gozo de Dios. Debo abandonarme en sus brazos, y dejar que Él haga el trabajo, poniendo mi exiguo talento como un apoyo, pero nunca como lo principal.

Lo he observado en la música: Jimi Hendrix era un genio, igual que Eric Clapton y tantos otros... pero luego el Ministerio Nacional de Alabanza (MNA) de la Renovación Carismática (formado en su mayoría por músicos de pandereta y que siempre sale al escenario con menos ensayos encima de los necesarios) trae al Espíritu Santo y éste toca el corazón de las personas y hay conversiones en esos retiros, aunque la calidad de la música sea mucho peor que la de muchos músicos con talento pero sin Fe.

¿Lograré yo, Lukas Romero Wenz, aprender la lección de que es mejor ser un miembro del MNA que un Clapton, Hendrix o Sígur Ros? ¿Lograré entender que más que la calidad importa la oración y el abandono en Cristo mi Señor? No lo sé. A quien lea esto, que rece por mí.

6 comentarios:

Chiwi dijo...

Lo ideal sería el llegar a ser un hendrix, transmitiendo a dios.
Es decir, lo dificil de las dos cosas... no?

Ciudadano de Sión dijo...

Efectivamente, eso sería lo mejor. Pero, como indicas, tiene un nivel de dificultad añadido por la cantidad de equilibrio que precisa.

Quisiera, de todas formas, afirmar que el artículo no es un ataque a los que se curran las distintas vías de expresión (ya sea música, o escritura, o lo que sea), sino una advertemcia a mí mismo: que por lograr una cosa (calidad) no olvide la otra (dependo de Dios).

Gracias por comentar, Chiwi.

Lukas Romero

Anónimo dijo...

a Dios se le "transmite" más que con grandilocuentes discursos con torpes palabras (la necedad de la predicación). La grandeza está en el mensaje y no en el mensajero, y el mensaje principal es de lo más sencillo. Muchas veces, adornarlo demasiado puede hacer que no veamos lo esencial.

Volviendo a tu ejemplo de Jimi Hendrix, su música será genial, pero posiblemente aunque hablara de Dios no sería una fuente de transmisión de Dios espectacular, porque precisamente la belleza de la música empañaría lo maravilloso de la letra. No conozco el MNA, pero seguro que su música es mucho más simple y más efectiva para encontrarse con Dios.

Ciudadano de Sión dijo...

Gracias por comentar, Pepelu. Un saludo.

Anónimo dijo...

Me lo he pasado genial con aquello de "YO ME TUMBO Y QUE EL HAGA EL TRABAJO" me he reido un buen rato si señor, ahora solo me queda la duda si es que os enseñan esas conductas o si es una caracteristica innata.

El Estudiante dijo...

Me parece un bloog estupendo! te animo a continuarlo, y te invito a visitar mi página.
Un abrazo en Cristo, con María.