domingo, 3 de febrero de 2008

Dios y el talento artístico (1ª parte)

Mi hermana bajó hoy a enseñarme la última canción que ha compuesto. Ella tiene muy buena voz y un gran sentido de la musicalidad, pero comete el error de la mayoría de artistas: compone para sí, para "sentirse bien". Así se lo he señalado, y se ha enfadado conmigo. Y ésto me ha llevado a reflexionar.

El mundo del arte, y creo que especialmente el de la música, es un mundo egoísta. Los artistas tienden a ser muy egocéntricos, hacen sus obras para sí mismos, para sentir que han creado algo. Por eso yo hace tiempo que dejé de escribir poemas para mí. Me dije que lo central en mi vida no era yo mismo, sino mi Cristo, y sólo a Él iba a escribir. Pocos me entendieron entonces y muy pocos me acabaron entendiendo con el tiempo, pero yo tenía muy claro que si Dios me había dado un talento, algo en lo que sabía que era bueno, entonces tenía que ponerlo a sus pies. Igual que el justo Abel ofreció en sacrificio LO MEJOR de sus rebaños, yo quería (y sigo queriendo) ofrecerle LO MEJOR de mí, y eso era mi talento artístico. Desde entonces mi producción poética ha bajado mucho, porque ya no puedo escribir cuando estoy triste o decaído (y eso es muchas veces)... pero creo que hago lo correcto. Al fin y al cabo, no es fácil el camino cristiano en general, ¿cómo iba a ser el camino del artista cristiano una excepción ("estrecha es la senda que lleva a la salvación")? Yo siento de verdad que Dios bendice cada poema que le dedico, aunque sean tan poquitos. Y eso es muy, muy reconfortante. Ningún artista no-creyente sabe lo que se siente (qué bonito pareado).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Entiendo tu punto de vista, pero toda obra de arte nace de uno mismo para uno mismo. Es un diálogo interno entre él y la creación. La obra de arte es personal, es un viaje iniciático como la vida misma. Las obras que se hacen pensando en los demás no son lo mismo, ¿no cree?

Opusdiaboli.

Ciudadano de Sión dijo...

Yo considero que el artista es la persona que es capaz de captar la realidad y expresarla. La obra de arte es su expresión. o sea, que un artista cristiano tiene por fuerza que encontrar en la realidad a Dios, y por tanto en su expresión estará Dios. Y eso no lo quita personalidad a la obra.

Dicho de otro modo, no estoy de acuerdo con "toda obra de arte nace de uno mismo para uno mismo", pero sí con "la obra de arte es personal, es un viaje iniciático como la vida misma". No soy un folósofo del arte, sino un artista, eso también es cierto.

Anónimo dijo...

Disculpa quise decir Creación (Dios y su obra) y no creación, entendiéndolo como obra artística.

Opusdiaboli
http://opusprima.wordpress.com